jueves, 30 de octubre de 2008

CADA VER ES (Angel García del Val, 1981)


CADA VER ES


AÑO: 1981
PAÍS: ESPAÑA
DIRECCIÓN: ANGEL GARCÍA DEL VAL
PRODUCCIÓN: CINEMAGICO
PROTAGONISTAS: JUAN ESPADA



ARGUMENTO:

Un maduro trabajador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, que se dedica al cuidado y mantención de los cadáveres que son objeto de estudio de los alumnos, relata su vida y su cercanía con la muerte a través de su oficio.


COMENTARIO:

Estamos presente frente a una de las películas más jugadas del cine español de principios de los ochenta. Primero por tratar a fondo la temática de la muerte a través de la visión de un cuidador de muertos (Juan Espada), quien despliega sus reflexiones sobre este tema y la estrecha relación con la soledad de los seres humanos, segundo, por crear un submundo de vida en la muerte, mientras se van sucediendo imágenes de cadáveres en completo deterioro y tercero por plasmar en el rostro del espectador, el valor real del orgullo y del mundo material que nos rodea.

Este hallazgo del cineasta Angel García del Val, quien siempre se ha mantenido de bajo perfil y más bien subterráneo, es una obra filmada en estructura de documental que habla derechamente sobre la muerte, como el gran tema que todos rehuimos y que es el detonante de nuestros miedos y traumas, muchos de los cuales son capaces de llevarnos a la "locura invisible" (al comienzo se observan planos filmados en un psiquiátrico, donde los rostros, las expresiones y las acciones de sus protagonistas lo dicen todo).

El protagonista, Juan Espada es un hombre sencillo, que no duda en plantear su propia vida como ejemplo para reflexionar sobre este sensible tema. El tipo es un "cuidador de muertos", desde bebes hasta ancianos, los que permanecen en un estado de hibernación en fosas de líquido a temperatura bajo cero y que desfilan por la pantalla como simples títeres de este sujeto que toma su trabajo con la máxima naturalidad del mundo. Cuenta su vida en soledad y se transforma en un muerto más cuando observa a los estudiantes pasar por fuera. Dice "yo no le tengo miedo a los muertos, estos no hacen nada... sólo una vez cuando tuve que bajar un cuerpo por el ascensor que es bien estrecho, agarrándolo con fuerza, lo sentí... ya que luego de horas de fallecido, despidió un suspiro que me mantuvo alejado del subterráneo por todo el día".

El filme técnicamente es muy artesanal, no posee más argumento que la muerte como eje. algunas tomas y escenas están de más, podría haberse reducido a una hora y habría quedado más compacto y menos denso. No tiene un ritmo argumental atractivo, sólo se coloca "interesante" a partir de los 45 minutos en adelante, cuando se ve, gráficamente, su estrecha relación con los muertos al son de temas musicales de compositores destacados, por ejemplo, un tema que compuso Bernard Hermann para una de mis pelis favoritas "VERTIGO".

Lo que rescato es atreverse con el tema, dejar de lado esas estupideces del más allá, de la vida después de la vida y de almas vagando en el universo... aquí los seres humanos se enfrentan a su reflejo, a lo que queda, a lo que son... ni más ni menos que cualquier ser vivo... sin trascendencia salvo en el recuerdo... para algunos resultará crudo, certero y real, para otros quizá una experiencia imposible de ver... les prometo que no es una buena película, sólo la intención la salva de la mediocridad, pero aplaudo la osadía del director en ingresar a una espiral que no tiene nada de romántico y sentimental... sin duda, la muerte es la vida misma, encajonada, sin sentido, llena de un vacío angustiante y claustrofóbica al extremo...

LA RECOMIENDO A LOS QUE ABRAZAN LA VIDA COMO UN TESORO MATERIAL Y ESPIRITUAL... CON MÁS DE UN "PERSONAJE" SE IDENTIFICARÁN...

LA VIDA ES VIDA CUANDO TE DESPOJAS, COMO LOS CADÁVERES, NO CUANDO TE CUELGAS UN ADORNO TRAS OTRO...



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