sábado, 9 de enero de 2010

DRÁCULA (Francis Ford Coppola, 1992)




































DRÁCULA


AÑO: 1992
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
DIRECCIÓN: FRANCIS FORD COPPOLA
PRODUCCIÓN: FRANCIS FORD COPPOLA, FRED FUCHS, CHARLES MULVEHILL
PROTAGONISTAS: GARY OLDMAN, ANTHONY HOPKINS, WINONA RYDER, KEANU REEVES, SADIE FROST.


ARGUMENTO:

Jonathan Harket, empleado de una empresa de venta de propiedades es comisionado para viajar de Inglaterra a Rumania con el fin de concretar un importante negocio con un destacado cliente: el conde Drácula, después que su colega antecesor Reinfield volviera totalmente trastornado. Al conocer al morador del oscuro castillo en la región de los Cárpatos en Transilvania, Harket se va percatando que su anfitrión es un vampiro que ha sido condenado a vivir eternamente en soledad y en completa amargura, situación que cambiará por cuanto, en medio de una conversación, el conde descubre la fotografía de Mina (prometida de Harket) con la que evoca a su amada Elizabetta, muerta hace 400 años. Este hecho lo estimula a viajar cuanto antes a Inglaterra para seducirla y hacerla su mujer, no sin antes dejar a Harket en manos de sus novias del infierno, tres mujeres sexualmente brutales que lo mantienen drenado y débil… después de un tiempo y tras escapar de su prisión, Harket regresa a Londres y con ayuda del profesor Abraham Van Helsing, experto científico en materias sobrenaturales, un discípulo de este y el prometido de Lucy (amiga de Mina), hará frente a Drácula para liberar a su mujer de tan hipnótico influjo…


COMENTARIO:

Tras el fracaso comercial que le significó EL PADRINO III, Francis Ford Coppola apostó todas sus fichas en este proyecto, con el fin de conseguir un doble objetivo, por un lado, revitalizar su carrera profesional y, por otro, lograr salvar de la quiebra a su productora Zoetrope Films de un descalabro seguro.

Entonces se colocó manos a la obra con esta producción que revivió, una vez más, a una de las leyendas del terror, tanto literario como cinematográfico, el conde Drácula. La tarea no fue fácil, ni mucho menos, se debía enfrentar a sesenta años de filmes sobre este personaje, el cual ya había sido abordado de diversas maneras e interpretado por actores que se habían ganado un lugar destacado en la galería de los inmortales chupa-sangre. De esta manera, y con un presupuesto aceptable, Coppola llevo a la pantalla un Drácula inspirado fielmente en la novela homónima del irlandés Bram Stoker, y estructuró el filme en base a los diarios de vida de cada personaje, como un reflejo de lo que ocurre en la pieza literaria, llegando a recaudar más de 200 millones de dólares en todo el mundo.

Recuerdo que fui a ver la película en diciembre de 1992 en un desaparecido cine de mi ciudad y desde que las luces que apagaron pude darme cuenta que estaba frente aun espectáculo barroco de una cuidada puesta en escena impregnada de un perfume gótico irresistible, con una notable dirección de arte, que transportaba al espectador a una dimensión mágica, donde más que una sensación de terror básica, provocaba un fuerte dolor emocional debido a que la trama giraba en torno a la pérdida física y espiritual del amor, y por ende, al dolor extremo de estar condenado a vivir en un estado de silenciosa ingravidez, además el filme versa sobre ese reencantamiento fantástico con el sentir subterráneo de los afectos, los que se presentan indelebles y vencedores por encima de cualquier fórmula temporal.

Coppola supo compaginar de manera excelente unas geniales actuaciones, un guión bien definido y con clara conexión emocional, decorados fastuosos, una banda sonora, creación del compositor polaco Wojcier Kilar, con temas como Love Remembered que de verdad impactan por su fuerza y romanticismo, una fotografía seductora y un desarrollo narrativo atractivo y entretenido, con toque sutiles de humor, que hacen del largometraje una pieza indispensable dentro del sub-género de los vampiros.

A raíz de todo esto, se han levantado opiniones dispares entre los críticos y también entre los fanáticos de Drácula, como personaje fílmico, por cuanto algunos esperaban un vampiro más cargado al terror y a la imagen de demonio sin sentimientos, pero claramente con la jugada de Coppola se rompieron esos moldes y por fin se pudo apreciar a un Drácula sexuado (con unas realmente eróticas y bellas novias del infierno), lleno de tormentos existenciales, pero con una gran capacidad de amar, y eso lo agradezco del alma. Un monstruo arriesgado que finalmente tiene la virtud de redimirse al ser conciente de que el amor es un sentimiento de generosidad y entrega…

En los Oscar de 1993 obtuvo los premios de mejor vestuario, mejor edición de sonido y mejor maquillaje, reconocimientos que, en parte, logran destacar su valor cinematográfico, aunque personalmente, me sigo quedando con el tema pasional que encierra esta buena obra…


ENTRE LAS MEJORES VERSIONES DE DRÁCULA, UN DELEITE PARA LOS SENTIDOS Y LAS EMOCIONES…