viernes, 30 de abril de 2010

CATARSIS DE TERROR: ¿QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO? (1976)




LA DURA NIÑEZ = LA BLANDA ADULTEZ



¿Quién puede matar a un niño?... esa es la pregunta que plantea Ibáñez Serrador durante toda la película y les confieso que mi cabeza se disparó como un rayo en un vendaval de otros cuestionamientos sobre lo que representa la etapa de la infancia en cada ser humano, y lógicamente, ¿qué me aconteció a mi en ese entonces?...

Recuerdo que en mi comentario sobre este filme, destaqué el tema por sobre la estructura fílmica, ya que siento que Ibáñez Serrador construyó una cinta demasiado liviana sobre el horror que despiertan estas pequeñas criaturas por su proceder violento y el determinar cómo se genera el clima de locura en los niños, puesto que sólo se desliza en la introducción que son esos inocentes los que pagan caro los errores de los adultos como, por ejemplo, lo que ocurre en las guerras y a raíz de eso reaccionan en contra del mundo diseñado por la estúpida adultez…

Aun cuando hay algunas escenas que se salvan, la mayor parte del metraje está falto de ritmo y consistencia… pero de todos modos, si he decidido que la película esté en la sección CATARSIS DE TERROR es por el impacto que me causó el presenciar una situación tan “ilógica” como es ver a unos niños organizarse para matar a los adultos sin ningún escrúpulo… quizá en esencia, el argumento haya sido planteado por otras producciones anteriormente, pero aquí el hecho de no evidenciar una explicación racional al suceso, hace que todo quede en una espesa nebulosa que me dio mucho para pensar…

Es por eso que quiero graficarlo en la siguiente escena, que va de la mano con el desenlace del filme, por ser el punto en que la angustia, el cansancio y el dolor superan al protagonista y lo hacen enfrentar a esos niños, verlos a los ojos y atentar contra ellos con el corazón desgarrado…

La vi cuando tenía unos 24 años y tras su visionado me entusiasmé por conocer algo más de su realizador, es así como además di con su primera obra, LA RESIDENCIA, que claramente es superior a esta y que también cuenta con algunos momentos muy logrados que a futuro incorporaré en el blog…

Por lo pronto, los dejo con esta CATARSIS DE TERROR que me disparó una verdadera radiografía de mi niñez y me hizo darme cuenta de lo trascendental que son, para la vida de adulto, los recuerdos de esa etapa en que somos un verdadero radar de las situaciones y personas…