lunes, 26 de abril de 2010

VISITOR Q (Takashi Miike, 2001)



























VISITOR Q

AÑO: 2001
PAÍS: JAPÓN
DIRECCIÓN: TAKASHI MIIKE
PRODUCCIÓN: REIKO ARAKAWA, SUSUMU NAKAJIM
PROTAGONISTAS: FUJIKO, IKKO SUZUKI, JUN MUTO, KENICHI ENDO, SHOKO NAKAHARA, SHUNGIKU UCHIDA.


ARGUMENTO:

Enmarcado dentro de una serie de cine experimental que se realizó en Japón para explorar las potencialidades del formato digital y la libertad a la hora de llevar una visión muy personal de cada historia. Takeshi Miike, reconocido autor de obras como AUDITION y THREE EXTREMES e ICHI, THE KILLER, nos adentra en el mundo de la familia japonesa, amplificándola a lo que sería la realidad de cualquier familia en el mundo, con sus vicios, sus relaciones atrofiadas, sus frustraciones, sus estados emocionales diversos, su horror social y sus vías de escape… todo ello, a través de un magistral registro “casero”, no exento de humor, de lo que sucede con cada componente del grupo, partiendo por el padre, un reportero lleno de traumas y disfunciones sexuales, la madre, una mujer sometida a la violencia de su hijo y a la carencia de placer, la hija, esclava de lo material a cualquier costo y el hijo, objeto de abusos por parte de sus compañeros que descarga su rabia en contra de su madre…
Todo este escenario se verá determinado por la aparición de un sujeto misterioso, de un ángel o demonio, que se inmiscuirá en la vida familiar del clan e incidirá en sus vidas y en la búsqueda de su liberación existencial más profunda…


COMENTARIO:

Cuantas veces no nos hemos hecho preguntas muy íntimas persiguiendo alguna respuesta que nos dé algún indicio sobre qué hacer y por dónde continuar… eso sucede y bastante seguido, pero hay otros casos en que el ser humano puede estar inmerso en una avalancha de emociones atrofiadas y va tejiendo redes afectivas llenas de hoyos y con soluciones de parche con el fin de salir del paso pero no solucionar los problemas como debe ser, es decir, mediante una profunda meditación, sin miedos, sin temores a las críticas, sin raíces en “compromisos” familiares, con total libertad y desapego, salvo de uno mismo…

Este estado de indecisión conciente, que llamo de suspensión personal, es el que constituye la esencia de VISITOR Q, un filme de Takashi Miike que me enfrentó a temáticas muy fuertes, descarnadas, explícitas, degradantes, pero que se dan más a menudo de lo que se cree, simplemente en este filme están evidenciadas claramente en lo que acontece en el seno de una familia japonesa, donde cada uno de sus componentes (padre, madre, hijo, hija) son el resultado de traumas y frustraciones vividas a lo largo de años de ir cosechando problemáticas sin resolver que han mantenido ocultas por horror al desgarro que significa cambiar…

Es así como tenemos a un padre, de profesión reportero, cuyo océano sexual está destruido, una madre sometida y con tendencia a la evasión de las drogas con una autoestima nula, un hijo hostigado por la violencia social que ejercer sus pares y que busca “descarga” en la brutalidad en contra de su progenitora, y una hija dedicada a la prostitución que “pide ayuda” a través de su desenfreno sexual que inclusive la lleva a una situación incestuosa…

En medio de ellos, un personaje inmutable, que está por sobre esos dolores y que hace su entrada en este enjambre psicológico para, a través de su terapia de shock, remecer los corazones de toda la familia y limpiarlos de su putrefacción…

Ahondar en el argumento sería develar escenas grandiosas y golpeadoras que deben ser VIVIDAS POR EL ESPECTADOR… y este es un punto clave, Miike hace que el espectador se introduzca en su propio mundo familiar y vaya estableciendo los engranajes en los que hemos depositado nuestra fe social, ese mapa que hemos ido dibujando conforme avanzamos que se transforma en nuestro hábitat y finalmente en nuestra cárcel…

En mi caso, les confieso que la inercia creativa es una alerta de que algo no anda bien y que es necesario cambiar… por lo que la película de Miike me llegó a fondo… reviví angustias de la mano de redenciones, resucité dolores amigados con amor puro e imaginativo… y como yo siempre digo, continúo siendo un aprendiz de la vida… en el fondo un aprendiz de mi mismo y un apreciador de aquellos seres de luz que habitan esta realidad…

La estructura del filme, tipo documental, no posee un desarrollo lineal, más bien es un compendio de momentos que son pinceladas con navaja que hacen latente la enfermedad, el desequilibrio en el cual nos movemos y donde sólo a través de la poesía de la acción (romper con el devenir lógico de los acontecimientos) podemos aspirar a un estado mejor, de reencuentro y plenitud…

Queridos amigos, VISITOR Q no es una pieza cinematográfica más en la filmografía de Miike, sino una huella muy personal que alcanza ribetes universales… observarla es un deleite, para los seguidores del fantástico será una experiencia orgásmica que puede llegar a ser el punto de partida para un nuevo día…


JOYA EXPERIMENTAL QUE HACE VIBRAR EL CORAZÓN…