miércoles, 10 de febrero de 2010

UN REFLEJO DE MIEDO (William A. Fraker, 1971)


































UN REFLEJO DEL MIEDO


AÑO: 1971
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
DIRECCIÓN: WILLIAM A. FRAKER
PRODUCCIÓN: HOWARD B. JAFFE
PROTAGONISTAS: ROBERT SHAW, SONDRA LOCKE, SALLY KELLERMAN, MARY URE.



ARGUMENTO:

Marguerite es una niña de 16 años que vive junto a su madre y abuela, totalmente recluida tanto física como psicológicamente por ambas, sólo cuenta con la compañía de sus pasatiempos favoritos (pintar, dibujar, observar con su microscopio) y con Aaron, un muñeco que le habla y que es, en definitiva, su único amigo. Todo este mundo ya quebrado es agudizado por la aparición después de años de su padre, quien ha vuelto para solicitarle el divorcio a su madre y así casarse con su nueva pareja. El shock que le produce este encuentro y los celos que siente por su futura madrastra, hacen que Marguerite desate su frustración y su dolor a través de brutales homicidios cometidos por un misterioso asesino…


COMENTARIO:

Hace un tiempo que no tenía un orgasmo tan limpio y sostenido como el que me llevó a experimentar este filme… hace unos días si con la película y anoche me dispuse a verla con la sospecha de que la cosa iba potente… recostado y en silencio apreté play en el DVD y me entregué a la cinta desde los primeros acordes de la banda sonora… en la atmósfera se podía sentir el dolor, la rabia, la necesidad de evasión onírica, las ganas de amar y sentirse amada de la protagonista, una muchacha de 16 años que ha vivido desde siempre hostigada por su estúpida madre y su maligna abuela, sumida en un ostracismo enfermizo que la mantenía recluida en la enorme casona cercana al mar, más específicamente dentro de su habitación en compañía de sus muñecas, de sus expresiones artísticas y de Aaron, un muñeco especial que interactúa con ella y que se ha transformado en su único amigo…

UN REFLEJO DEL MIEDO es un thriller psicológico muy pero muy interesante, con todos los elementos representativos del género dentro de un guión lleno de sorpresas y metáforas… hasta el minuto 45, les juro que se me hacía insoportablemente deliciosa la avalancha de placer que me invadía… actuaciones maravillosas, fotografía llena de claroscuros que daban el toque perfecto a la ambientación del relato, escenas notables que se sucedían una tras otra sin dar descanso al espectador, una música de buena factura y una historia que abría el pecho a sangre fría… todo orquestado para sensaciones a la vena (el momento era la raja!!!)… yo estaba en otra… hasta que el guión tuvo sus primeros bajones y la historia se comenzó a llenar de situaciones inconexas y algo desafortunadas… en buen chileno, la película empezó a guatear… pero lo bueno es que fue sólo unos minutos y posteriormente retomó la fuerza y la energía que había planteado en su inicio… en suma, si no fuera por algunos pormenores, estaría hablando de una OBRA ALUCINANTE, aunque de cierta forma lo es…

Cosa aparte es la relación entre Marguerite y su padre (un ser desconocido pero obsesivamente amado), la cual es entera desequilibrada, un puente entre el peso de conciencia del padre y la desaforada necesidad de “libertad y amor” de la niña… Robert Shaw (TIBURÓN) y Sondra Locke están divinos… sobre todo ella, quien después de hizo conocida cuando se emparejó con el duro Clint Eastwood allá por el año 1976 y hasta 1989…

Fuera de subrayar esa conexión entre los personajes prefiero ni referirme al argumento en detalle, ya que le quitaría toda sorpresa y contundencia… no los puedo restar de un instante mágico…

Una obra algo perdida pero que es necesario reivindicar porque aun hoy logra remecer apelando solamente a la solidez de su propuesta…


YA CON LA PAZ QUE SUCEDE A LA INTENSIDAD… LES RECOMIENDO DE CORAZÓN ESTE FILME QUE DEJA SU HUELLA…